Aldo Cornejo: “La situación económica que tiene el país no corresponde a un chantaje de los empresarios”

El diputado DC Aldo Cornejo, no asistió al cónclave, pero está mejor informado que cualquiera de sus compañeros de bancada. Eludiendo usar un tono crítico para cuestionar los efectos de la cita cumbre del pasado lunes, adelanta que "está por verse" si la reunión logró generar unidad interna en la coalición, porque los anuncios que se hicieron ya están generando controversia "entre nosotros", advierte.

Y plantea que en la cita "se perdió la oportunidad de haber señalado con precisión que la nueva Carta Fundamental será tarea del Parlamento que se elija en 2017".

- ¿Sigue la incertidumbre?
- En el ámbito de la nueva Constitución, la definición no contribuye a generar certezas. Esperaba sinceramiento. Todos habríamos estado de acuerdo que este gobierno no está en condiciones de tiempo y de distinta naturaleza de contar con un texto constitucional nuevo. Si se hubiera explicitado habría contribuido a eliminar una incerteza para el mundo privado y para mucha otra gente. En educación, faltó gradualidad. Lo del cónclave no es cosa juzgada, en política no hay cosas juzgadas, pero faltó haber dicho 'esta es mi prioridad, esta es la gradualidad con la que voy a presentar los proyectos'. Y decir: 'estoy en condiciones de empezar la discusión del proceso de desmunicipalización' o 'voy a convocar a un gran acuerdo sobre esta materia, pero no estoy en condiciones de implementar la desmunicipalización en este gobierno'.

- Usted esperaba escuchar eso y no se dijo. ¿El balance, entonces, es negativo?
- Cuando la Presidenta habla de lo que estamos conversando, nada obsta que después sea el comité político el que diga la forma, los tiempos en que estas materias se van a llevar a efecto. Espero que sea así. Porque también hay un tema práctico, estamos hablando de tres proyectos de envergadura -Carrera Docente, desmunicipalización e institucionalidad de la Educación Superior-. El próximo año hay elecciones municipales; el último, parlamentarias y presidencial con primarias de todo tipo, el realismo indica que a lo mejor, tampoco, el Congreso está en condiciones de despachar todo.
Y aquí me agarro de otra frase del ministro Burgos en el cónclave, 'la gestión gubernativa, de las reformas tiene que ser de excelencia', porque no es sólo aprobar reformas. Tenemos que gestionarlas y tramitarlas bien. Si el propósito que tiene la NM para impulsar reformas como éstas, que comparto, ¿por qué son mayoritariamente rechazadas en las encuestas? Algo hemos hecho mal y no creo que sólo sea que no lo hemos comunicado bien.

- ¿A qué se refiere?
- La mala evaluación que la gente tiene de las reformas, a lo mejor, tiene que ver con que durante meses presenció un debate entre quienes promovíamos el proyecto, no entre quienes estaban en contra. Ahí tenemos que hacer una autocrítica.

- Entonces, ¿cuál es el rol que está jugando la DC?
- Alguien, injustamente, dijo que nosotros frenábamos las reformas. Lo que hemos dicho y, seguimos pensando, es que no estamos en contra de las reformas, pero queremos que se hagan bien. Y, en esa materia, no lo hemos hecho bien. El rol de la DC hoy es que las cosas se hagan bien y asumamos el realismo. Reformas tan importantes tienen que hacerse con realismo, excelencia y gradualidad.

Empoderamiento

- ¿A Burgos se le ha dado el piso político suficiente?
- Probablemente, falta más empoderamiento al ministro Burgos.

- ¿En qué aspecto?
- Él es el jefe de gabinete, el mayor responsable, desde el punto de vista político, del gobierno. Pero falta más empoderamiento para llevar a efecto lo que se planteó en el cónclave, que reiteraron Burgos y Valdés el miércoles: diálogo, acuerdos, gradualidad, jerarquización.

- ¿Y ve sintonía entre la Presidenta y el ministro?
- Me resulta muy difícil creer que lo que dice Burgos en el cónclave, se le haya ocurrido a Burgos. No creo que un ministro del Interior diga lo que quiere sin haberlo conversado previamente con la Presidenta.

Baja popularidad

- ¿Cómo ve el ambiente post cónclave?
- En el clima previo se pensó que iba a haber un cartillazo y se acabó la discusión. Pero en un contexto de un cónclave, en que el mismo día, una encuesta dice que la Presidenta tiene un 70% de rechazo, es muy probable que todo se haya confabulado.

- ¿Insisto, entonces, se logró el objetivo?
- Si me pregunta si las expectativas eran claridad, cronograma, timing, que era lo que muchos parlamentarios esperaban, claramente no. No se cumplió.

- Y se vuelve al escenario incluso previo al consejo de gabinete, ¿o no?
- No, tampoco dramaticemos tanto. Desde la perspectiva del niño que espera que el profesor le diga las tareas que hacer, el plazo para entregarlas y los criterios para evaluarla, no se cumplió el propósito. Pero fue un avance. Valoro que la Presidenta o haya cambiado de opinión en el tema de la gratuidad y en otras materias. Me alegra que la seguridad pública haya sido un tema de discusión igual que el de la probidad.

- ¿Qué tanta preocupación genera en la DC y en la NM, que la líder de la coalición tenga una aprobación tan baja?
- Esta no es una encuesta, son varias. Hace bastantes meses que la tendencia es a la baja y eso naturalmente constituye un factor de preocupación. Hay algunos que están preocupados de la coyuntura, otros del mediano y largo plazo.
Cuando el gobierno se desordena o cuando pierde aprobación, el riesgo que se corre es la autonomización del mundo parlamentario, porque la cuenta que se saca es que el gobierno está mal y yo no estoy mal. Y genera -ya lo hemos vivido con anterioridad- el discolaje, ese es el mayor riesgo. Y lo más importante es que no es bueno para Chile que el presidente de la República tenga un nivel tan bajo de aprobación.

- Con el recuerdo de que en su primer gobierno, Bachelet le entregó la banda presidencial a Piñera muchos temen que esta escena se repita. ¿Qué tan dramático sería para la proyección de la NM?
- Naturalmente, todos estamos preocupados del nivel de rechazo que genera la figura de la Presidenta. A estas alturas de tanta incerteza, la gente valoraría que sinceráramos las cosas. Decir que tenemos un problema económico y que eso nos obliga a un rediseño. Eso requiere, a mi juicio, mucho diálogo, intercambio de opiniones con los partidos. No creo que haya ningún partido de la coalición que vaya a oponerse o a no entender que el país tiene que hacer lo que está en condiciones de realizar. Eso contribuiría mucho más a que el gobierno despegara.

- ¿Y este rediseño pasa por frenar qué?
- Le pongo un caso. Llevamos mucho tiempo diciendo que la reforma tributaria es de tal complejidad que compromete su aplicación y viabilidad. Se habló de las circulares, pero nos estamos dando cuenta que parece que tampoco van a ser viable la aplicación práctica de la reforma. Soy partidario de decir: 'cuando usted explica por 50 circulares una ley, es porque la ley está mal hecha. Por qué no decirlo altiro, sin complejos, vamos a mandar un proyecto de ley y todavía no se dice que vamos a modificar la reforma que aprobamos. Y seguimos, incluso después del cónclave, sin saber si las circulares van a ser por sí solas suficientes o vamos hacer como dicen por ahí la 'reforma técnica a la reforma tributaria'.
Esas cosas contribuyen a que la apreciación del gobierno no sea buena, la gente valoraría que nosotros fuéramos sinceros.

- ¿Admite que en el cónclave no se tomaron medidas?
- Al igual que otros parlamentarios, esperaba lo mismo. Habría preferido que el tema de la reforma tributaria se hubiera dicho altiro: sin complejos.

- ¿Se ha retrocedido más que avanzado?
- Ni para atrás ni para delante, quedamos igual. No sabemos si va a haber proyecto de ley y no sabemos si las circulares van a ser suficiente.

- Tampoco se subsanan las incertezas que generan otras iniciativas que están en trámite.
- Lo que quiero decir es que es mejor hablar con sinceridad y que el país sepa por qué el gobierno no está en condiciones de impulsar una determinada cosa en la reforma laboral u otras materias. La lectura de muchos, que he escuchado -desgraciadamente no todos hablan-, es que esperaban que estas materias fueran resueltas en el cónclave y eso no se consiguió.

- Cuando habla de sinceramiento en materia de reforma laboral, ¿qué esperaría?
- Para ser franco, no estoy metido en el tema de la reforma laboral. He escuchado que un tema complejo de resolver son las PYME, el de la huelga o la titularidad sindical. Digámoslo, terminemos con el cuento de qué va a pasar y ojalá que el gobierno promueva pronto un acuerdo a nivel de la coalición en el Senado y éste se explicite y se diga por qué. A muchos no les va a gustar y no les gusta que la situación económica de un país condicione determinadas decisiones de orden político, pero desgraciadamente este es un país que tiene tradición de responsabilidad fiscal y de manejo responsable de la economía.

- Pero frente a ese tipo de reconocimientos surgen dirigentes, como la diputada Camila Vallejo (PC) que advierte que la economía no puede ser una excusa para hacer las reformas.
- La situación económica que tiene el país no corresponde a un chantaje de los empresarios. Hay otros factores. No veo qué incidencia tiene el mundo privado en la caída del precio del cobre, ninguna para ser franco. Hay un factor de desconfianza, que es un componente del crecimiento económico fundamental que todo el mundo reconoce. No creo que el ministro de Hacienda haya enarbolado la situación económica como excusa para no hacer reformas. A todos nos duele que la situación económica complique la implementación del programa.

- Entre sus propios socios hay quienes ven con preocupación que a la DC le acomode moderar las reformas.
- Me parece una falta de respeto con la DC. Hemos dado testimonio de lealtad con la Presidenta y con el gobierno. No hemos obstaculizado ninguna reforma. Ha habido matices, como dice Walker, pero los votos de la DC han estado absolutamente disponibles. No me parece aceptable que nos imputen que no nos acomodan las reformas, si no nos acomodaran no habríamos aprobado el programa.

- Gutenberg Martínez dijo que siempre supieron que este programa no se podía llevar adelante. ¿A cuántos representa esa opinión en la DC?
- No he escuchado a Martínez decir eso, pero si lo hubiera dicho creo que Ignacio Walker, que era presidente del partido, no habría estado de acuerdo en respaldar una candidatura cuyo sustento programático no compartía. Las prevenciones que la DC tuvo en la construcción del programa quedaron explicitada. Habría sido de una suprema irresponsabilidad suscribir un programa que uno sabe que no va a poder cumplir. Creo que ahí Martínez se equivoca o está mal informado.

Eyzaguirre "muy activo"
- Hace un rato destacaba el rol de los ministros Valdés y Burgos. ¿Cómo ve el rol del ministro Eyzaguirre, ahora en la Segpres?
- Lo he visto bien. Como estoy en la comisión de Constitución y estamos discutiendo proyectos de probidad que tienen que ver básicamente con su ministerio, lo he visto activo, interesado y haciendo lo que un ministro de esa área tiene que hacer. Jerarquizó los proyectos de ley que tienen que ver con probidad, que entiendo que son seis. De modo que veo que está haciendo bien la pega.
- ¿Lo ve mejor que en la cartera de Educación? Cuando se lo nombró muchos parlamentarios tenían dudas a raíz de su gestión en el Mineduc.
- Converso con Eyzaguirre más ahora que antes. Además, la naturaleza de los temas es completamente distinta. Lo he visto en la comisión muy activo, participando, en fin. Si tuviera que hacerle un reproche hoy, no tengo ninguno.

el control preventivo "lo reclama la gente"
- Como integrante de la comisión de Constitución, ¿va a apoyar el proyecto de control preventivo de identidad y que ya genera diferencias en la Nueva Mayoría?
- En ese proyecto en la comisión me reemplaza Matías Walker, porque este tema se discutió en la comisión de Seguridad Ciudadana. Yo voy a respaldar sin reserva el control preventivo.
Es un instrumento que no sólo reclama Carabineros y más importante que eso, lo reclama la gente. Creo que contribuye a generar un ambiente de mayor seguridad. Donde voy la gente reclama de las escasas facultades que carabineros tiene en esa materia; además que carabineros se encarga que la gente sepa que no puede hacerlo. Lo peor que puede ocurrir en una sociedad en materia de seguridad ciudadana, es que la opinión pública piense, con o sin razón, que tienen más facultades o derechos los delincuentes que los carabineros y creo que esa percepción hoy en muchos sectores existe. Este control preventivo será una herramienta importante.